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NEUROPSICOLOGÍA Y CONDUCTA VIOLENTA

Otra linea de estudio en el origen de la VIOLENCIA es la posible existencia de déficit cognitivos en las personas agresivas. Muchos factores contribuyen al desarrollo de la conducta violenta, las investigaciones sugieren que los antecedentes de alteraciones cognitivas forman parte importante en la génesis de la agresión.

Se ha dado un énfasis especial a las disfunciones de los lóbulos frontales y de las funciones ejecutivas. Se ha hipotetizado que alteraciones cognitivas como la impulsividad, pobre planeación, inflexibilidad mental, baja inteligencia verbal, y alteraciones, en la atención, predisponen a las personas a tener sentimientos de frustración y ansiedad, dificultad en la regulación emocional y por último a una conducta agresiva incrementada ( Elliot & Mirsky,2002).

En un estudio llevado a cabo en niños con y sin historia paternal de abuso de sustancias se reporto que bajos puntajes en el funcionamiento cognitivo ejecutivo (la autorregulación de la conducta orientada hacia una meta), medido con cinco baterías neuropsicológicas, predice altos niveles de agresión reactiva en los niños con historia paternal de abuso de sustancias; los autores interpretan que existe una relación entre una disfunción mínima de la corteza prefrontal y la presencia, tanto de abuso de sustancias, como de agresión reactiva en la juventud ( Giancola, Moss,Martin, Kirisci, & Tarter, 1996).

Stanford, Greve y Gerstle (1997) compararon el perfil neuropsicológico de estudiantes universitarios agresivos con estudiantes con bajos niveles de agresión. Los investigadores plantearon que estos sujetos podrían tener déficit neuropsicológicos característicos de la disfunción ejecutiva. Participaron 12 personas (6 mujeres) clasificados como agresivos/impulsivos de acuerdo con cuatro criterios como ataques de ira en los últimos seis meses, dos o más episodios de agresión, episodios de agresión física o contra objetos, puntaje alto ( 8 puntos) en la subescala de irritabilidad de la escala de hostiidad de Buss y Durkee (1957); preparados con un grupo control no agresivo, fueron comparados en mediciones neuropsicológicas como el test de Vlasificación de cartas Wisconsin ( WCST) asociacion de palabras, fluidez verbal, Trail Making Test, y la escala de impulsividad de Barrat.

Estos resultados indican que en la agresión impulsiva existe una falla en controlar las tendencias internas para emitir una respuesta, además de que existe una falla en controlar las tendencias internas para emitir una respuesta, ademas de que existe una dificultad en el procesamiento estratégico verbal, estos resultados son consistentes con los reportados en reos agresivos, impulsivos, lo cual sugiere la existencia de un síndrome conductual específico caracterizado por un pobre control de impulsos y un procesamiento verbal alterado, que se asocia con ataques agresivos espontáneos.

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